Diferencias entre guitarras II: clásica vs. acústica

Hay quien, a la hora de hablar de la guitarra acústica, la define como la versión americana de la guitarra clásica española. Pero su explicación es un poco más compleja. Así que, después de explicar las diferencias entre una guitarra clásica y una flamenca, es imprescindible conocer qué hace diferente a estas dos guitarras.

Antes de analizar las diferencias de fondo –o dicho de otra manera, sonoras- de las guitarras acústica y clásica, vamos a ver cuáles son sus características fisionómicas, esos detalles que las hacen distintas.

1. Sus cuerdas se fabrican con distintos materiales: las cuerdas de la guitarra acústica son de metal, lo que las hace mucho más duras a la hora de tocarlas llevando al músico a dejarse uñas largas para manejarla o, incluso, utilizar púas. Por su parte, la guitarra clásica tiene cuerdas de nylon, mucho más suaves, por lo que se suelen tocar directamente con los dedos.

2. Tienen distinto tamaño: la guitarra acústica es más grande que la clásica, no sólo su caja, sino su mástil que, generalmente, es más largo y más estrecho que en el otro tipo. Esto es así por el tipo de cuerda empleada, como en la guitarra acústica se suele emplear púa a la hora de tocar, permite estrechar el la zona de los trastes.

3. Tienen aros diferentes: aunque es prácticamente inapreciable, la guitarra acústica tiene una caja con curvas menos pronunciadas, es más recta por los laterales que la clásica.

Estas tres diferencias fundamentales afectan directamente al sonido de cada uno de los instrumentos. Mientras que la guitarra clásica ofrece un sonido más suave que la acústica, que es más agudo y fuerte.

Además, el tamaño del mástil hace que ciertas partituras sean más complicadas de tocar en las guitarras acústicas, especialmente las que están pensadas para guitarras clásicas. Aunque esto puede ser más un problema para aquellos que están empezando a tocar. Las manos más experimentadas terminan adaptándose a la guitarra que tocan.