Música para ser más feliz

La búsqueda por excelencia en los seres humanos es la de la felicidad. Todo, a pesar de no tener relación, se vende u ofrece con esa máxima, encontrar dicha felicidad. Pero lo cierto es que son pocas las cosas que nos pueden hacer sentir plenos de verdad: el amor, el arte, la amistad… y la música.

La música es una de las pocas cosas de la vida que agradan a todo el mundo. El que más y el que menos tiene una canción favorita, un recuerdo relacionado a una melodía o un amigo al que admira (y envidia en secreto) porque sabe tocar algún instrumento.

En 2011, la revista Nature Neuroscience y Montreal Neurological Institute publicaron una investigación en la que se evidenciaba la relación entre la música y la sensación de bienestar o felicidad. En definitiva, escuchar una canción que nos agrada nos hace liberar dopamina y eso nos hace sentir bien.

El poder de la música sobre las personas, desde su origen, es tal que también se está estudiando la posibilidad de que el desarrollo cognitivo de los seres humanos se vea beneficiado bajo la influencia de este arte.

La música también favorece a la salud ya que ayuda a reducir el estrés, el insomnio y mejora el estado de ánimo.

Tocar es mejor que solo escuchar

Si escuchar música es genial para nuestro ánimo, practicarla es aún mejor. La concentración, la memoria, el ritmo… todo eso se multiplica por mil a la hora de tocar un instrumento, por eso los expertos recomiendan hacerlo desde los cinco años en adelante y durante toda la vida.

Es más, esta práctica es tan beneficiosa que está comprobado que incide en la plasticidad tanto estructural como funcional del cerebro. Esto quiere decir que tocar regularmente puede transformar nuestro cerebro, hacerlo más proclive hacia la organización, le metodología…

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