Música y niños: fundamental para un mejor desarrollo
La música es, desde hace décadas, una asignatura más en los planes de estudio de medio mundo. Existen numerosos estudios que hablan de los beneficios que su práctica puede aportar al desarrollo de los niños y las niñas en sus primeros años. Pero, ¿qué es lo que hace la música en los más pequeños y por qué es tan importante que forme parte de sus vidas?
Mejora el desarrollo cerebral
Según el educador musical Émile Jaques-Dalcroze (1865-1950), el ritmo es un factor fundamental en la formación del equilibrio y sistema nervioso de los niños. Además, estudios posteriores han demostrado que la educación musical ayuda al desarrollo de ambos hemisferios cerebrales. Esta es una de las razones por las que la música se incluyó en los planes de estudio en la enseñanza básica.
Con la música, como disciplina, se consigue un aumento de las capacidades cerebrales de la siguiente forma, especialmente entre los 6 y los 8 años de edad:
- Hemisferio izquierdo: percepción rítmica, control motor, rige mecanismos de ejecución musical, el canto, aspectos técnicos musicales, lógica y razonamiento, captación de lo denotativo, percepción lineal.
- Hemisferio derecho: percepción y ejecución musical, creatividad artística y fantasía, captación de la entonación cantada, percepción visual y auditiva, percepción melódica y del timbre, expresión musical, apreciación musical.
Si bien es cierto que la mayoría de los expertos desaconsejan que niños menores de 5 años comiencen a estudiar música como tal. En esas edades debe ser más un juego de ritmos, para que el pequeño se familiarice. Posteriormente sí es recomendable, aunque nunca hay que presionar. La idea es que los niños y las niñas disfruten de la música.
Ayuda a aprender otras disciplinas
Entrar en contacto con la música, integrarla a los juegos desde una edad temprana, ayudará a que los pequeños muestren interés hacia los instrumentos musicales en sí mismos posteriormente. Lo bueno de esto, además de lo comentado en el apartado anterior, es que estudiar música aporta otras rutinas y destrezas que mejoran el hábito de estudio en general.
- Aprender a tocar un instrumento requiere práctica diaria. Este método de estudio continuo hace mejorar las calificaciones de otras asignaturas, porque se termina incorporando a la rutina del resto de materias del colegio.
- Cuidar el instrumento y mantenerlo limpio y afinado ayudan a los pequeños a tener responsabilidad y disciplina.
- Aunque la práctica diaria se realiza generalmente en soledad, la mayoría de los instrumentos se aprenden a tocar para tocar en grupo. Esto ayuda a socializar y a aprender a trabajar en equipo.
- Mejora la capacidad de concentración. La música, tanto escucharla como tocarla, requiere concentración, y ese trabajo constante hace que poco a poco cada vez sea más fácil alcanzar ese estado en otros ámbitos de la vida.
- Es una forma de expresar sentimientos, emociones y, sobre todo, aporta confianza en uno mismo.
Una guitarra para todos
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